ESCALA 1:75
DATOS DE LA NAVE:
Eslora: 32 mt- Manga: 7.5 mt- Puntal: 4 mt- Calado: 1.8 mt- Desplazamiento: 150 tn
Armamento: un cañón de bronce giratorio a coliza en crujía de a 16 o 18 según la época- dos de hierro de a 8- dos de bronce de a 12-y cuatro gonadas de diverso calibre
Botada en junio
de 1825 en Baltimore con el nombre de Grace-Ann fue comprada por la
Armada Argentina[1]
el 14 de enero de 1826 como parte del rearme de la flota con vistas a la
inminente guerra con el Imperio del Brasil. El 9 de febrero al mando de Martín José Warnes,
participó junto al insignia 25 de Mayo, el Bergantín República,
el Bergantín Belgrano y la Barca Congreso de un combate en las
afueras de Buenos Aires. Al igual que los restantes buques excepto la capitana,
en dos ocasiones se puso a sotavento por lo que quedó aislada del combate. Al
regreso, los capitanes fueron acusados por Brown. Si bien Warnes es absuelto lo
reemplaza en el mando brevemente el Capitán Handell y cuando este renuncia
aduciendo mala salud, José María Pinedo.[] El 1 de marzo de 1826 participa del ataque a
Colonia del Sacramento.En abril de 1826 en el ataque a Montevideo contra las
fragatas Emperatriz y Nitcheroy, Pinedo recibe de Brown la orden de
maniobrar sobre la Nitcheroy, pero el comandante desobedece y rehuye el
compromiso; con 85 hombres de dotación participa el 25 de mayo de un combate en
Los Pozos. El 11 de junio de 1826 tomó parte en la fase final del Combate de
Los Pozos. En el
Combate de Quilmes, el 29 de julio de 1826 Brown decide enfrentar con la
fragata 25 de Mayo (buque insignia, comandado por Espora), la barca Congreso
Nacional, los bergantines Independencia, República y Balcarce,
las goletas Sarandí y Río de la Plata, la goleta hospital Pepa
y ocho cañoneras, a la escuadra brasileña que avanzaba con diecinueve buques,
con dos mil hombres y trescientos cañones, para fondear en las cercanías del
canal exterior. Iniciado el ataque, el buque insignia argentino es fuertemente
castigado por los cañones de las baterías de la división imperial, mientras que
el grueso de sus fuerzas no acompañan.
Al
mando de Brown el 23 de octubre se abrió paso a través de la escuadra imperial
que bloqueaba a Buenos Aires, e inició hasta el 25 de diciembre de 1826 un
exitoso crucero de corso en las costas de Brasil. A su regreso, participó como
nave capitana de la campaña contra la Tercera División Imperial que se había
adentrado en el Río Uruguay. El 28 de enero de 1826 hubo otra en Playa Honda,
tras lo que la escuadra argentina regresó para reforzar la fortificación de la Isla
Martín García de manera de contar con un refugio en caso de derrota y sobre
todo impedir el refuerzo de la Tercera División por parte de la División
Mariath.
Cuando
la Tercera División brasilera bajo por el río, Brown salió a su encuentro y en
la Batalla de Juncal librada los días 8 y 9 de febrero de 1827 logró la mayor
victoria naval argentina. Coe, que fuera
prisionero de los brasileros, fue liberado en el transcurso de la batalla y
continuó como su comandante hasta finalizar la campaña.El 7 y 8 de abril de
1827 participó en el duro Combate de Monte Santiago, donde la escuadra
argentina sufrió grandes pérdidas. Habiendo varado en el banco de Monte
Santiago el Bergantín República y el Bergantín Independencia, la Sarandí,
de menor calado, permaneció como apoyo frente al ataque de la flota brasilera,
muy superior en número. La Sarandí era comandada por Coe. Junto con el Bergantín
República fue buque insignia durante la batalla (Brown pasaba de uno a otro
buque), por lo que concentro los disparos de la numerosa flota brasilera. El
día 8, habiendo agotado su parque, el capitán del Independencia Francisco
Drummond,a la sazón novio de una hija de Brown se acerca a la Sarandí en
busca de munición. Apenas pisa la cubierta es herido por una bala de cañon falleciendo esa noche. Incendiado el Independencia,
finalmente debió también ser evacuado e incendiado el República. La Sarandí
aprovechó la llegada de la noche para reparar averías (todo su casco estaba
acribillado) y llevando a los sobrevivientes de los buques perdidos pudo
regresar a Buenos Aires, entrando a las tres y media de la madrugada del día 9.
La Sarandí continuó combatiendo hasta el fin de la guerra, al mando de
Bynon, participando en combates menores y efectuando un crucero de corso.
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